La bonita estación de esquí de Boí Taüll está situada en el Pirineo Catalán, en el municipio del Valle de Boí, es la puerta de entrada al Parque Nacional de Aigüestortes.
Boi Taüll es una estación con buenas pistas, buenos desniveles y nieve de calidad debido a su orientación y altitud. La estación dispone de la cota más alta del Pirineo español, exactamente 2.751 metros en el Puig de Falcó. Su orientación Norte permite a la estación mantener una buena conservación y calidad de la nieve, y el diseño de la estación está pensado para que todas las pistas confluyan en el mismo punto, el Pla de Vaques con sus edificios de servicios. Esta característica, similar a la estación de Astún, es de gran comodidad para todos los esquiadores y snowboarders. Los paisajes son de postal con estampas maravillosos de tesoros montañosos como la Sierra del Cadí, o los picos del Aneto y la Maladeta.
Boí Taüll Resort es un centro de SPA que ofrece 1.200 m2 de exclusivas instalaciones donde se combinan las últimas novedades en materiales y productos con los tratamientos más completos y exclusivos. Este universo de agua ofrece una piscina con vistas al valle y 13 salas de tratamientos: quiromasajes, envolturas, estética facial y corporal, hidroterapia y circuito wellness compuesto por piscina spa, tumbona de hidromasaje corporal, hidromasaje en piernas, cuello de cisne, vaporarium, cubo sueco y pediluvio. Además también dispone de centro de belleza.
Por último recomendamos visitar uno de los patrimonios culturales más importantes de Cataluña: el conjunto románico compuesto por nueve iglesias, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2.000. Durante los siglos XI y XII, en el Valle de Boí se vivió una importante actividad constructora y artística. Grupos de picapedreros, maestros pintores y talleres de artesanos levantaron, decoraron y mueblaron un conjunto de iglesias románicas excepcionales: Sant Climent de Taüll y Santa María de Taüll, Sant Joan de Boí, Santa Eulalia de Erill la Vall, Sant Feliu de Barruera, La Nativitat y Sant Quirc de Durro, Santa María de Cardet y la Assumpció de Coll. Ocho iglesias y una ermita declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Construidas bajo la influencia del románico lombardo, las iglesias del Valle de Boíson edificios funcionales, de una o tres naves que se levantan con pequeños sillares de granito y se cubren con estructuras de madera o bóvedas de cañón. Por encima de todo destacan los campanarios: esbeltas torres de planta cuadrada que cumplían una función de comunicación y vigilancia del territorio. Frisos de dientes de sierra, bandas lombardas y arquetes ciegos decoran rítmicamente los exteriores de los ábsides y los campanarios.
